Hay un lugar donde España está perdiendo buena parte de la electricidad renovable que genera: el eje Toledo-Ciudad Real-Granada

  • Diez subestaciones encabezan el listado negro de puntos donde el sistema no da abasto para integrar lo que se genera

  • El curtailment o recorte renovable no es fruto del azar, sino la consecuencia de un desequilibrio estructural

Paneles Solares
1 comentario Facebook Twitter Flipboard E-mail
alba-otero

Alba Otero

Editora - Energía
alba-otero

Alba Otero

Editora - Energía

La Red Eléctrica Española ha reforzado su sistema con la activación de ciclos combinados de gas. No por falta de renovables, sino porque el sistema actual aún no puede confiar plenamente en ellas. El nuevo modo operativo de emergencia sigue activo, y el Gobierno ya ha lanzado reformas para evitar que los fallos se repitan, aunque algunas no estarán listas hasta bien entrado 2026.

Pero hay otro síntoma de esta saturación que pasa más desapercibido: el curtailment, o recorte renovable. Pese al aumento récord en generación limpia, un nuevo informe ha revelado los puntos más críticos del sistema, donde se pierde hasta un 30 % de lo generado.

Los puntos más críticos del sistema. Un informe publicado recientemente por Red Eléctrica Española (REE) ha puesto cifras concretas al problema. La compañía ha identificado los "nudos de la red de transporte" donde más se desperdicia energía renovable debido a restricciones técnicas. Los datos muestran que el centro-sur peninsular es el epicentro del problema.

Radiografía de los recortes. En el nudo de Arenas de San Juan (Ciudad Real), se ha perdido un 30,4% de la electricidad generada, lo que equivale a más de 25 GWh. Le siguen Carroyuelas (28,89%) y Aceca (26%), ambos en la provincia de Toledo. También aparecen nudos en Granada, Cádiz y otros puntos de Ciudad Real como Manzanares, Elcogas y La Solana, con pérdidas que oscilan entre el 17% y el 20%.

En total, diez subestaciones encabezan el listado negro de puntos donde el sistema no da abasto para integrar lo que se genera.

Una red limitada. El curtailment no es fruto del azar, sino la consecuencia de un desequilibrio estructural. Hay dos grandes causas. Por un lado, los momentos de máxima generación renovable —especialmente la solar, concentrada entre abril y septiembre— no coinciden con los picos de consumo eléctrico. Por otro, existe una profunda desigualdad territorial: gran parte de la energía se produce en zonas rurales despobladas, mientras que el consumo se concentra en grandes áreas urbanas.

Como explicó Red Eléctrica en su informe, muchas de las redes actuales no fueron diseñadas para transportar estos volúmenes de energía. El resultado: cuellos de botella, congestión en los nudos y apagones renovables forzados.

Un reto más allá. El impacto no es solo técnico. Para los promotores de renovables, estos recortes suponen una pérdida directa de rentabilidad. Para el sistema energético nacional, una amenaza a la confianza en el modelo. Y para la ciudadanía, una contradicción difícil de digerir: ¿cómo es posible que se invierta en renovables mientras se tira energía limpia?

Las previsiones no son alentadoras. La consultora Aurora Energy Research estima que el volumen de energía desperdiciada crecerá en los próximos años si no se actúa de forma coordinada y urgente.

Soluciones sobre la mesa. La más inmediata es el almacenamiento a gran escala: baterías, centrales hidroeléctricas reversibles y otros sistemas que permitan guardar el excedente para liberarlo en momentos de mayor demanda.

A medio plazo, la apuesta pasa por las redes inteligentes: infraestructuras equipadas con sensores IoT, inteligencia artificial y gemelos digitales que simulan el comportamiento de la red en tiempo real. Estas tecnologías permiten anticiparse a los momentos de saturación y optimizar los flujos energéticos, reduciendo hasta un 30% de los vertidos, según datos de Energía Estratégica. También es crucial mejorar las interconexiones eléctricas con Francia y Portugal. Actualmente, su capacidad es limitada, pero una red transfronteriza más robusta permitiría exportar los excedentes y estabilizar el sistema.

De producir más a aprovechar mejor. La transición energética no consiste solo en instalar más paneles solares o aerogeneradores. El verdadero éxito se medirá en la capacidad de aprovechar cada kilovatio hora limpio que se produce. El curtailment ha pasado de ser una anomalía a convertirse en un síntoma estructural. Y frente a esta realidad, España debe decidir si quiere seguir batiendo récords o empezar a gestionarlos con inteligencia.

Imagen | Unsplash

Xataka | En Elche un macroproyecto solar amenaza a un paraje protegido. Es solo la punta del iceberg de un problema en toda España

Inicio